Las neurociencias y el liderazgo
(o siendo líderes, cómo “jijos” parecerlo)
Autor: Juan Carlos Flores Merino

- Crear un balance entre desafío y apoyo.
- Fomentar conexiones sociales significativas.
- Minimizar las amenazas y maximizar las recompensas.
- Promover un sentido de propósito y autonomía.
- Mantén contacto visual y escucha activamente Mira a los ojos cuando hablas con los miembros de tu equipo y demuestra interés en lo que dicen. Esto fortalece los lazos emocionales y fomenta un ambiente de confianza. El contacto visual y la escucha activa estimulan la liberación de oxitocina, la hormona de las relaciones, la confianza y la conexión social.
- Llama a las personas por su nombre y reconoce sus logros Usa el nombre de cada persona al dirigirte a ellos y reconoce sus contribuciones de manera específica y sincera. Escuchar nuestro nombre activa áreas del cerebro asociadas con la recompensa y la identidad de la persona. Además, el ser reconocido libera serotonina, que promueve sentimientos de bienestar y autoestima.
- Fomenta un ambiente seguro y libre de amenazas No critiques o regañes ni en privado ni públicamente. Fomenta la transparencia y crea un espacio donde los errores sean vistos como oportunidades de aprendizaje. El cerebro requiere entornos libres de violencia y amenazas. Cuando las personas se sienten amenazadas, se activa la amígdala (centro del miedo), lo que reduce la capacidad para pensar y crear.
- Promueve la autonomía y el empoderamiento Ayuda a la gente a que sean dueños de sus funciones. Delega responsabilidades y permite que los miembros del equipo tomen decisiones sobre su trabajo. Dar autonomía activa el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, que está asociada con la motivación y la satisfacción.
- Comunica claramente los objetivos y el propósito Explica cómo el trabajo de cada persona contribuye a los objetivos generales de la organización. El cerebro busca significado y coherencia. Cuando las personas entienden el “para qué” detrás de su trabajo, se activa la corteza prefrontal.
- Fomenta las interacciones sociales positivas Organiza actividades de “team building” y fomenta un ambiente donde los miembros del equipo se apoyen mutuamente. Las interacciones sociales positivas liberan oxitocina y endorfinas, que reducen el estrés y promueven la colaboración.
- Proporciona retroalimentación específica Ofrece comentarios claros y enfocados en comportamientos específicos. Da retroalimentación tanto positiva como constructiva. La retroalimentación activa la liberación de dopamina cuando se percibe como una oportunidad de crecimiento.
- Reduce el estrés crónico y promueve el bienestar Fomenta pausas activas, horarios flexibles y prácticas de mindfulness para reducir el estrés en el equipo. El estrés crónico eleva el cortisol, lo que afecta negativamente la salud mental, la memoria y la toma de decisiones.
- Celebra los éxitos y pequeños logros Reconoce y celebra los avances del equipo y cada individuo. Celebrar logros, incluso pequeños, activa el sistema de recompensa del cerebro.
- Modela comportamientos positivos y empáticos Sé un modelo de empatía, resiliencia y actitud positiva. Las neuronas espejo hacen que las personas imiten las emociones y comportamientos de quienes las rodean.
- Fomenta la curiosidad y el aprendizaje continuo Incentiva la exploración de ideas nuevas y el desarrollo de habilidades en tu equipo. La curiosidad activa el sistema dopaminérgico y promueve la neuroplasticidad.
- Diseña tareas que generen “flow” Asigna tareas alineadas con las habilidades de cada integrante, que también los reten. El estado de flow mejora concentración, creatividad y satisfacción.
- Utiliza el poder de las historias Comunica visiones, metas y valores a través de historias inspiradoras. Las historias activan múltiples áreas del cerebro, haciendo la información más memorable.
- Fomenta la diversidad cognitiva Reúne gente con habilidades y perspectivas diferentes. La diversidad cognitiva mejora la innovación y la resolución de problemas.
- Promueve la gratitud y el reconocimiento público Crea rituales de gratitud como reuniones o notas de agradecimiento. La gratitud libera dopamina y serotonina y fortalece los lazos sociales.
- Gestiona las emociones propias y las del equipo Desarrolla inteligencia emocional y fomenta la autorregulación emocional en el equipo. Las emociones se contagian, y un líder emocionalmente inteligente mejora el clima grupal.
- Fomenta la actividad física y el movimiento Promueve pausas activas, caminatas o espacios que permitan moverse. El ejercicio libera BDNF y reduce el cortisol, favoreciendo la salud y la claridad mental.